El papel es uno de esos materiales elementales de uso cotidiano imprescindibles; es ligero, fácil de almacenar y transportar y también de obtener. Desde su invención se convirtió en un eficaz vehículo de cultura y en el material más profusamente utilizado para dibujar y escribir y, junto a la imprenta, el seguro para la supervivencia y difusión de los conocimientos que han permitido el progreso de la civilización humana. Para dibujantes y fotógrafos ha resultado el soporte ideal para sus obras e indispensable en todas las artes para realizar estudios y bocetos sin que llegaran a considerarse sus propias cualidades plásticas. Posiblemente fueron los pioneros de las vanguardias quienes, al introducirlos en sus pinturas y collages dispuestos a destruir el concepto de «materiales nobles» aplicado a los que se utilizaban tradicionalmente para construir las obras de arte, pusieron en valor sus posibilidades plásticas
En el mundo de la artesanía, en cambio, el papel ha ocupado un lugar destacado desarrollándose diferentes técnicas que pueden llegar a alcanzar mucha complejidad técnica y resultados muy elaborados cómo el Origami, el Quilling o el Papel Picado.
En las últimas décadas los artistas han venido explorando las muchas posibilidades que les ofrece el papel y han surgido diferentes tendencias de experimentación, el Libro de Artista, el Gofrado (grabado sin tinta) o la escultura con papel. Incluso en la arquitectura el japonés -como no- Shigeru Ban está adquiriendo una gran fama con el uso de tubos de papel impermeabilizados que ideó, inicialmente, para sus construcciones de urgencia en zonas devastadas.Dentro de la práctica de la escultura (expandida por supuesto) algunos creadores han recurrido precisamente a las modalidades artesanas actualizando conceptos y formas de presentación. La diseñadora Yulia Brodcaya utiliza el «quilling» de manera innovadora para crear composiciones impactantes y llenas de colorido. En la red se ha difundido con profusión su diseño de una tipografía que viene a ser una exquisita reinterpretación de la caligrafía ornamentada de los códices. Marcas internacionales han recurrido a sus diseños para «adornar» sus imágenes de marca por el gran impacto visual que producen.
Brian Chan utiliza el plegado de papel típico del Origami para elaborar sus piezas, principalmente insectos y personajes del manga. Chan realiza sus creaciones en una sola hoja de papel partiendo de un complejo diseño de lineas que desarrolla matemáticamente. Aunque algunas de sus piezas me parecen bastante anecdóticas otras, cómo los insectos, resultan piezas interesantes desde el punto de vista plástico, y además son encantadoras. Chan suele difundir los esquemas para realizar sus piezas, aquí os dejo un enlace por si os apetece probar.
El papel cortado o picado goza de gran prestigio sobre todo en China y Méjico, en algunas zonas de estos países se sigue utilizando como ornamento tradicional en multitud de festividades y celebraciones. Pero artistas contemporáneos de diferentes lugares se han servido de esta artesanía secular para desarrollar su obra personal. Chris Natrop es un artista norteamericano que realiza sutiles paisajes con los que acostumbra a llenar los espacios con espectaculares instalaciones. Natrop recorta con precisión vaciando mucho papel y despreciando el marco cuadrado habitual empujando el papel hasta su límite estructural. De esta forma consigue que sus trabajos se muestren como piezas delicadas y vaporosas que, enredadas unas con otras visualmente, forman un bosque mágico, tan bello como inquietante.
Tahiti Pehrson es también norteamericano y según cuenta él mismo empezó recortando plantillas para realizar graffitis, de aquí pasó a realizar composiciones tridimensionales superponiendo diferentes capas de papel en el que va recortando con mucha precisión y paciencia patrones geométricos inspirados en los patrones Guilloché, (compleja serie de patrones geométricos que se pueden observar en billetes-moneda de todo el mundo).La incidencia de la luz sobre estas formas recortadas y superpuestas crea fascinantes arquitecturas.La artista nacida en Hong Kong Bovey Lee utiliza un patrón de trabajo más cercano a la tradición pero, aunque no renuncia a utilizar imágenes de la cultura tradicional china, sus composiciones relatan aspectos de la vida cotidiana contemporánea que Lee recorta de forma muy detallada sobre papel de arroz chino consiguiendo obras ingrávidas y vibrantes. Lee, que estudió dibujo y pintura y domina la caligrafía china desde niña, define su trabajo como dibujar con un cuchillo. Suele realizar una plantilla digital que imprime y utiliza como guía para interpretar los patrones de sólido y vacío que finalmente compondrán el resultado final sobre el papel.
Como pretendo seguir escribiendo de otros artistas que utilizan el papel como material básico de sus trabajos, este artículo lo acabaré con un breve apunte de la artista cubana
Elsa Mora. Residente desde hace años en Estados Unidos se define como artista interdisciplinar aunque recurre con frecuencia al «papercutting».Técnicamente sus composiciones no son demasiado elaboradas, pero tienen un agradable sabor popular y relatan un mundo personal en el que se combinan elementos cotidianos con evidentes toques surrealistas que funcionan como un diario íntimo de vivencias y obsesiones de la propia autora.